Es un amor de esos inolvidables, insaciables, indescriptibles, casi imposible pero inigualable, extremadamente grande. Tanto que no sabes como una cosa tan pequeña puede llegar a sentir tanto. Es un amor de esos que te remueve las tripas, de esos que te sacan y te extrujan hasta dejarte seca. De los de las cosquillas en el estómago y los nervios hasta en las pestañas. De esos que te dejan sin oxígeno, sin hidrógeno, y sin toda la tabla periódica. Y si te preguntas porque nunca lo has visto, podríamos decir que se esconde debajo de las piedras, asique puede (de hecho, lo afirmo) que la mayoría de la gente nisiquiera llegará a encontrarlo.
¿Quieres un consejo? Si alguna vez lo encuentras, NUNCA dejes que se escape.
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